RECETA PARA GANAR


Existe. La tienen los de la grada, esos que vociferan pidiendo testosterona y masculinidad.
Existe. La tienen los de tribuna que se la pasan refunfuneando por el escaso bagaje técnico-táctico de los once de turno.
Existe. La tienen los que aciertan-critican los cambios realizados, los que no comprenden cómo ese jugador es titular y el bueno está en el banquillo, los que saben todo sobre el equipo, sistemas de juego, tácticas, estrategias.
El entrenador no sabe nada, come vidrio, le encanta sufrir, es por eso que pone a los malos y deja sentados a los buenos.
Me río de los sabiondos, de los filibusteros, de los que hablan y hablan pero jamás pisaron un vestuario. ¿Qué carajo saben? Zapatero a tus zapatos.
No existe amigo la receta para ganar. Lo que si hay  es un proceso de trabajo por llegar a la victoria, que nos lleva del rendimiento al resultado.
Los entrenadores tenemos miles de defectos pero dos virtudes: sabemos con los bueyes que aramos pues compartimos más tiempo con nuestros futbolistas que con nuestros propios hijos y a todos nos encanta ganar.
Ganar, palabra dulce que produce en el organismo sensaciones espectaculares, que nubla un poco si no se es maduro, pero que produce placer, bienestar y entre nosotros, nos permite continuar en el cargo una semana más...
Que no mi amigo, que estamos equivocados. Si ya de por si competir es complicado, ganar...es una empresa archidifícil. Ahora si resulta que alguno de los lectores de estas líneas me asegura que con su receta no se pierde nunca, le pido por favor que se ponga en contacto conmigo. Porfa!!

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