Valientes & cobardes

Puestos a escoger, todos nos pedimos valientes. Eso es de la boca para afuera, porque es muy probable que a muchos en situaciones “especiales” nos llegue el “canguele”.
En la vida, como en el fútbol, la enterocolitis está a la orden del día. Eso sí, en rueda de prensa, todos somos unos apuestos hidalgos defensores del espectáculo.(Cuasi todos!)
Le pasa al dirigente, presidente, entrenador y jugador. Nadie está exento del quid de la cuestion. Hay pavura. El miedo a perder existe,  está clarísimo que TODOS QUEREMOS GANAR. Pero en fútbol, son contados los equipos que  arriesgan.  Otros, viajan colgados del larguero, especulando e intentando, aunque sea empatar.
Hoy, siglo XXI, tiempo de vértigo para el común de los viajeros, los invito a equivocarse; a no ser tan obedientes; a tomar riesgos.
Conocemos a cobardes que siguen vivos, y a muchos valientes en el cementerio. El Che Guevara , fue quien nos dejó “ prefiero morir de pie que vivir arrodillado”. En fútbol, sería: prefiero morir atacando, que vivir defendiendo. En el equilibrio está la llave. En el sentido común, la respuesta.
Valiente es asumir riesgos; salir al campo de juego con la firme intención de ganar atacando, agrediendo futbolísticamente al eventual contrincante. Uno se queda mejor cuando es así; cuando hizo todo para vencer, cuando no  traiciona sus ideas. Cuando el brasileño Tim dijo:  “El fútbol es como una manta corta, si te tapas la cabeza, te descubres los pies y si te cubres los pies te destapas la cabeza”, dijo una verdad como un templo. Respetando a todos los entrenadores, me subo al carro de los que preferimos el vértigo de mirar en dirección portería rival a morir aplastados por los murciélagos, colgados del propio larguero. Si al final, joaquín Sabina tenía razón:  “Que ser valiente no cueste tan caro, que ser cobarde no valga la pena”.

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